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miércoles, 9 de junio de 2010

LEYENDAS GRIEGAS


LA PROFECÍA DEL ORÁCULO AL REY:


El rey Acrisio reinaba en Argos. Hace de ello muchos, muchos años. Como no tenía ningún hijo varón, sino una sola hija llamada Danae, consultó el oráculo sobre lo que debía hacer para tener descendencia masculina. El oráculo le respondió: «No esperes ya ningún hijo más, pero un nieto te matará y preso de pánico por su vida y su reino, encerró a su hija Danae en una sólida estancia subterránea construida de piedra.

Pero el más poderoso de los dioses, Zeus, bajó a la Tierra en forma de una niebla de oro y llegó hasta ella. Danae recogió aquella fina lluvia de oro con su manto, y de ella apareció el dios supremo que se posó con ella. De esta unión con Zeus nació un niño, ,que ella llamó Perseo. Pero un buen día, el rey Acrisio escuchó la vocecita un niño que estaba jugando. Ordenó que abriesen inmediatamente aquella estancia, hasta entonces siempre cerrada, y que madre e hijo compareciesen ante él.

Acrisio no podía dar crédito a lo que su hija decía, que el padre del niño era el propio Zeus. Temiendo constantemente que se cumpliese el oráculo, encerró esta vez a madre e hijo en un gran arcón de madera, ordenando seguidamente que fuese arrojado al mar. La gran caja de madera flotó y navegó a la deriva, sin rumbo fijo, era un juguete de las olas. La madre, temerosa y con lágrimas en los ojos, abrazaba con fuerza a su querido y desamparado hijo, mientras sollozaba..


EL ABANDONO DE PERSEO:


En qué desamparo te encuentras, querido hijo, sin que sepas lo que te ocurre. Tú duermes aún el tranquilo sueño de un niño de pecho y apoyas tranquilamente tu querida carita contra mi cuerpo. Duerme, duerme mi niño, sigue durmiendo. Y tú, Zeus, padre de esta criatura, procura salvarnos, aparta de nosotros esta desgracia, al menos de nuestro hijo. Azotada por el viento y el oleaje, la caja prosiguió su viaje a la deriva hasta llegar cerca de una playa de la isla de Serifos, donde el pescador Dictis ordenaba precisamente sus redes. Éste lanzó inmediatamente una gran red al agua y pescó la gran caja de madera.

La arrastró fuera del agua, mientras las olas, con sus crestas de blanca espuma, seguían golpeando la caja. Danae, al principio, se asustó, pero el niño Perseo obsequió al pescador con su risa, contagiosa y sincera, una demostración de su ascendencia divina. Pero en la isla de Serifos gobernaba como rey Polidectes, hermano gemelo de Dictis. Unos hermanos desiguales, el uno era muy bondadoso, poseía un collar de oro; el otro, el rey, era tenebroso y malévolo.
SU IMPOSIBLE MISIÓN:

Sin dudar, acogió a los dos náufragos y crió al pequeño Perseo en su palacio. Tanto la madre como el hijo eran buenos para realizar todos los trabajos que les ordenaba, sin olvidar que Polidectes se había enamorado de Danae. De esta forma fueron transcurriendo los años. Perseo se había convertido en un esbelto y robusto joven. Y el rey seguía con una idea fija en su cabeza: quería casarse con Danae. Pero como que tanto ella como su hijo Perseo estaban en contra de estos esponsales, el señor de la isla no tuvo más salida que engañar a Perseo, ordenándole que fuese en busca de la cabeza de la terrible Gorgona Medusa. Perseo ignoraba que las tres Gorgonas: Esteno, Euriale y Medusa, eran unos monstruos terroríficos; poseían alas, unos dientes poderosos y en la cabeza serpientes en lugar de cabellos. Su mirada era tan terrible y espantosa que aquel que las contemplaba quedaba inmediatamente petrificado.

Excepto Medusa, las otras dos eran inmortales y vivían en el límite más lejano del mundo, alejadas de todo, en los insondables abismos de noche y de la muerte. Por este motivo, Polidectes estaba convencido de que Perseo no sobreviviría jamás a esa misión. Pero Perseo, hijo de Zeus, era muy amado y muy valioso para los dioses, y Zeus había escuchado en sufrimiento las insistentes súplicas de la madre, mientras a la deriva en alta mar, y no las había olvidado. El joven de corazón valiente, emprendió el largo viaje para enfrentarse a las aventuras que le esperaban. Llegó al lugar donde moraban las hermanas de las Gorgonas, que habían nacido como mujeres muy ancianas; eran las guardianas de las Gorgonas y sólo ellas conocían el camino que conducía hasta ellas.

El valeroso joven les robó el diente y el ojo -las tres sólo poseían un único ojo que utilizaban alternativamente-, que sólo devolvió cuando le indicaron el camino que debía seguir. Pero el camino le conducía primero a las ninfas y éstas entregaron tres objetos a Perseo, con los que podría cumplir su misión: unos zapatos con alas, con los que podía volar por los aires, una bolsa mágica para la cabeza de la Gorgona, y un yelmo que lo haría invisible.


LA LUCHA CONTRA LAS GORGONAS:

Tan pronto se lo colocaba, era invisible para todos. La diosa Atenea le entregó además un espejo metálico intensamente brillante. Perseo se sujetó los zapatos alados y dejó que el viento lo transportase hasta el fin del mundo, allí donde habitaban los monstruos con las serpientes en la cabeza. las montañas eran allí altísimas, tanto que parecían acariciar el cielo, y Perseo divisó unas figuras petrificadas que permanecían inmóviles en medio de aquel paraje: un león que huía, que parecía mirar al vacío con sus fauces abiertas, una persona ésta también en plena huida, también convertida en piedra.

A la izquierda y derecha del camino había animales, personas jóvenes y adultas, niños, como cincelados por un escultor que pretendiese representar el pavor. Todos ellos habían sido las inocentes víctimas de las Gorgonas; con sólo mirarlas habían quedado petrificadas. Perseo se aproximó cautelosamente, internándose más y más en las profundidades de una cueva; por precaución sujetó bien delante de su rostro el espejo que Atenea le habla entregado, porque sólo reflejada en el espejo podía mirar a Medusa si no deseaba, también él, verse convertido en piedra. Percibió desde lejos una voz ronca y luego los silbidos de los colúbridos; esperó hasta que llegase la noche y las Gorgonas se hubiesen dormido; luego, con suma cautela, se aproximó cada vez más a ellas hasta descubrir en el espejo la imagen de la Medusa. Desenvainé rápidamente su espada y con un fuerte golpe le separó la cabeza del tronco la cabeza rodó por el suelo. Su rostro, convenido en una horrenda caricatura, miraba fijamente al vacío. Pero de la sangre que broté del tronco de la Gorgona surgió, envuelto en tempestuosas nubes, el caballo alado Pegaso.

El héroe introdujo la cabeza de la Medusa en la bolsa mágica. Pero apenas había finalizado su trabajo cuando las otras dos Gorgonas, sus hermanas inmortales, se despertaron y desearon vengar inmediatamente la muerte de su hermana. Perseo se cubrió rápidamente con el yelmo mágico, ahora era invisible para aquellos dos monstruos. Con sus zapatos alados ascendió y emprendió el vuelo; de esta forma consiguió salvarse de aquellos malignos y vengativos espíritus, las tormentosas ráfagas de viento zarandeaban a Perseo en el aire, de forma que al llegar la noche decidió pisar nuevamente tierra. Pero había descendido en el territorio del poderoso gigante Atlas. Éste poseía numerosos rebaños de ganado y grandes huertos en los que crecía un árbol con ramas de oro, hojas de oro y manzanas de oro. Perseo había confiado que el gigante lo acogería bien, ofreciéndole la hospitalidad deseada, pero el gigante estaba terriblemente enojado, deseaba darle muerte porque, según un oráculo, sólo había venido para robarle su oro. Perseo extrajo entonces de su bolsa mágica la cabeza de la Medusa y se la mostró al gigante. Atlas quedó inmediatamente petrificado convertido en una gigantesca montaña de piedra.

PERSEO MATA A SU PADRE:

Pero en cierta ocasión, Perseo llegó al país al que su abuelo había huido, El héroe había sido invitado a unos solemnes funerales, participando luego en una competición deportiva. Al lanzar el disco, éste, mal dirigido por el viento, golpeó con fuerza al abuelo y lo mató. De esta forma se cumplía el destino predicho por e] oráculo. Perseo sepultó con toda solemnidad a su abuelo y como vacilaba en aceptar la herencia del abuelo, por él involuntariamente asesinado, entregó el reino a un familiar suyo; mas este familiar, a cambio, le hizo nuevamente entrega de todo su reino.

1 comentario:

  1. Bueno este tema nos genera un interes debido a que es mitico por lo tanto tiene datos o en este caso historia de hace mucho tiempo atras, lograroan captar nuestra atencion .
    Lo que creemos que les falto son cosas muy simple, como videos talvez y justificar el texto.
    Creo que eto se debe a la falta de tiempo que tubimos pero en general esta bien.
    felicidades..

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